¿Qué sienten nuestros niños a la hora de enfrentarse a los problemas matemáticos?
Antes de plantear cualquier problema matemático ante los niños es fundamental crear un ambiente de confianza y de tranquilidad en el cual los niños estén seguros para poder contestar con total libertad y aunque se equivoquen ningún compañero se ría o ridiculice; ya que podrían sufrir ansiedad sobre todo si no saben la respuesta, por eso habrá que proponer problemas sencillos que puedan ser resueltos por todos los niños, es decir, ni muy difíciles ni muy fáciles.
La ansiedad frente una
actividad matemática es un componente emocional negativo (más allá de lo
cognitivo) que suele tener su origen en el modo en que se enseñan las
matemáticas. Hay que tener en cuenta el autoconcepto
del estudiante como matemático y su confianza respecto a ellas.
“Poner en la enseñanza de las
matemáticas un énfasis exagerado en la memorización de datos y el uso de
técnicas puede crear una visión distorsionada de las matemáticas e incluso de
la persona”. Baroody (1994)
“Para muchos alumnos las
matemáticas formales pueden parecer hostiles y excéntricas por que les es
difícil ubicarse a sí mismos en una situación de la vida (futura), a la que
aspiren a llegar, donde las matemáticas que han visto en la escuela jueguen un
papel vital.”
Parece, por tanto, esencial
enfatizar las conexiones de las matemáticas con la realidad y presentar los
conocimientos dentro de un contexto que les dé sentido; también es fundamental utilizar materiales atractivos (como objetos, dibujos, vídeos, etc.) para que la experiencia sea más significativa y que los niños puedan reflexionar sobre dicha experiencia.